Hablemos de dinero. De los gastos a los que se enfrenta un traductor a día de hoy en España. Pongamos que hablo de Madrid. Os voy a hablar de mi experiencia, ya que no recuerdo haber leído una entrada con contenido específico de este tipo y creo que puede resultar útil para quienes se hacen esta pregunta. Empezaré hablando de los gastos fijos específicos de la profesión y luego iré sumándole otros del día a día para ver cuánto puede llegar a costar la vida mensualmente si trabajamos como traductores y vivimos en una ciudad como Madrid, con los gastos que eso conlleva. Por último haré una reflexión sobre por qué no debemos permitir, por todo lo que vais a leer a continuación, que regateen nuestras tarifas.
Hay tres gastos mensuales fijos impepinables que engordan mis cuentas de gastos sin compasión:
- La cuota de autónomos
- El seguro de salud
- El gestor de contabilidad
A esta “base” hay que sumarle muchos otros gastos, de los que hablaré más adelante. Sin ir más lejos, las declaraciones trimestrales de ingresos y gastos por las que vamos pagando anticipos del 20% a cuenta de nuestra declaración de la renta.
La cuota de autónomos [a 30/9/2017] (Fuente):
- Primeros 6 meses: 53,59 € al mes. En la nueva Ley de autónomos cuya aprobación definitiva esperamos para agosto o septiembre de 2017, con entrada en vigor a partir del 1 de agosto de 2018, se ampliará ese tramo a 12 meses.
- Meses 7 al 12: 137,97 € al mes
- Meses 13 al 18: 192,79 € al mes
- Meses 19 al 30: 192,79 € al mes (autónomos menores de 30 o mujeres autónomos menores de 35)
- En adelante: 275 € al mes
Tener seguro de salud
Asetrad tiene un acuerdo con algunas aseguradoras, como Asisa o Mapfre, con las que obtenéis un precio especial. Yo tengo el de salud de Asisa. Para acceder a la información, tenéis que entrar en www.asetrad.org, acceder con vuestro nombre de usuario y contraseña, ir a la sección Ofertas para socios.
Precios de Asisa para socios de Asetrad (hasta diciembre de 2017):
Tener gestor de contabilidad
Aquí los precios varían dependiendo del gestor: hay quienes cobran X mensualmente (en torno a 30-60 euros al mes) y hay quienes cobran trimestralmente, solo cuando hay que presentar documentos a Hacienda. También los hay online y presenciales, etc. Todos estos factores hacen que el precio varíe, pero para que os hagáis una idea, mi gestor en Madrid cobra mensualmente (con IVA) 54 € al mes.
Es decir, solo con estos tres gastos fijos ya pago 290 euros al mes (actualmente; cuando la tarifa de autónomos suba a 275, pasaré a pagar 372 euros mensuales).
A esto, evidentemente, hay que sumar un montón de gastos fijos no relacionados directamente con la profesión, pero imprescindibles:
- impuestos
- el alquiler del piso (desde 250 € por una habitación hasta +700 € por un pisito en una zona medio céntrica)
- servicios (agua, Internet, teléfono, electricidad, comunidad)
- el abono de transporte (54,60 € al mes)
- la comida (pongamos unos 150 € al mes)
- otros: coworking (unos 120 € al mes por media jornada) gimnasio (unos 30 € al mes), restaurantes, viajes, libros, cursos, coche y sus gastos, otros seguros, etc.
Estamos hablando, por tanto, de que un traductor que pague la cuota estándar, que viva solo (esta es la clave para que la cifra que voy a dar ascienda tanto) en un piso “medio” de Madrid, que utilice únicamente el transporte público, vaya al gimnasio y trabaje en casa (no en coworking) puede gastarse del orden de 1500 euros mensuales como base (sin incluir ocio ni impuestos trimestrales).
¿Y qué tarifa tendría que tener para afrontar esos gastos?
Por todos los gastos que he enumerado y porque hemos invertido un montón de años y esfuerzo en formarnos para ser profesionales, nuestras tarifas no se pueden/deben regatear. La tarifa que decidamos establecer por nuestros servicios es la que nosotros creemos adecuada según nuestro nivel de vida y los gastos que tenemos que cubrir (hay herramientas que nos ayudan a establecerla, como CalPro). No es un precio caprichoso. Por eso, también, las tarifas de los traductores pueden variar tanto, porque puede quien apenas tenga gastos y le merezca la pena aceptar menos de lo que en teoría desearía, y hay quien no esté dispuesto a bajar ni medio céntimo porque, sencillamente, no puede permitírselo. Detrás de cada tarifa se esconde una historia.
Y recordádselo a quien no se acuerde:
- Traducir no es una afición.
- Traducir no es “para sacarse un dinerillo extra”.
- No cualquiera puede hacerlo.
- Traducir es mucho más que, sencillamente, traducir.
- Trabajamos para vivir y no vivimos para trabajar… aunque tengamos la sensación de que vivimos por y para traducir 🙂
¡Feliz Día Internacional de la Traducción!
Creo que sería interesante tener una tabla comparativa, no sólo de los gastos, sino también de las exigencias legales e impositivas de los distintos países. Me quedó la idea de que en España para poder ejercer como autónomo hay que pagar un impuesto fijo. Por favor disculpen mi ignorancia sobre como es en España. ¿Eso es como personas naturales o como personas jurídicas? ¿Pagan además un impuesto por cada venta que hacen o ingreso que reciben? En Chile como profesión liberal (y persona natural) no se paga impuesto alguno si no trabaja, no tiene ingreso. Sólo se paga un impuesto por cada venta, monto que es devuelto al término del período tributario. Pero si el total anual de ingresos supera una cierta barrera, entonces si se paga un impuesto sobre las rentas.
¡Qué buena noticia! 😀
Yo llamé hace unas dos semanas al Servicio de Empleo de la Comunidad de Madrid para preguntar por esto precisamente y me dijeron que no tenía derecho a ninguna otra bonificación por ser mujer menor de 35 años, más allá de la bonificación de los primeros 18 meses que estoy disfrutando.
Pero tu noticia me gusta más, jeje, ¿sabrías decirme si esta bonificación “extra” hasta el mes 30 hay que solicitarla de alguna forma o se aplica automáticamente? (Te pregunto por si tú misma lo has vivido ya o conoces a alguien que lo haya vivido recientemente; si no, seguiré investigando, claro está :)).
¡Un saludo!
Irene
Yo diría que se aplica automáticamente, pero idealmente, pregunta a la Tesorería. A través de Twitter me respondieron a mí, muy rápido y de forma muy eficaz 🙂
Buenos días Irene:
Aunque el artículo está genial, creo que te has dejado una parte importante de gastos que tiene que afrontar un traductor para ejercer su profesión día a día. Por un lado, para traducir necesitaremos, además de una mesa, un ordenador con un mínimo de programas – que requiere una inversión, máxime si optamos por algún software de traducción asistida o acceso a motores de traducción automática, así como el mantenimiento del mismo. Fundamental que el ordenador esté siempre en perfecto estado, ya que un ordenador lento nos hará ir más lento y por ende, mermará nuestros ingresos. Es recomendable cambiarlo cada 3-4 años.
Por otro lado, en función del tipo de traducción que hagamos, puede requerir una inversión en diccionarios/glosarios específicos. Esta a veces puede llegar a ser bastante importante.
También añadiría, al margen del seguro de salud, un seguro de accidente y enfermedad, es decir, que nos garantice una renta mínima en caso de no poder ejercer nuestra actividad por haber tenido un accidente o sufrir alguna enfermedad.
Por último, cara a planificar vuestro presupuesto, pensad que un mes al año (los más afortunados) no trabajaréis y eso significa no tener ingresos pero sí la obligación de seguir pagando autónomos, asesoría, …
Gracias Merche por tu artículo y por compartir la información. Un saludo
Hola, José Luis:
Gracias por tu comentario. En esta entrada quería plasmar los gastos mensuales más habituales, no todos los profesionales. Por eso he hecho mención a “otros gastos” que hay que sumar (licencias que se paguen mensualmente, por ejemplo).
La intención no es sumar cuánto dinero llegamos a invertir en nuestra profesión en total, sino los gastos habituales en el mes a mes de un año cualquiera.
Un abrazo
Me encanto tu publicacion.Soy Traductora publica y vivo en Argentina. Una realidad muy similar en cuanto a gastos. Totalmente de acuerdo con tu consideracion respecto a los honorarios!!! Mjy util. Nadie habla de esto!!!
¡Gracias! Me alegro de que te haya gustado 🙂
¡Gracias por tu respuesta, Merche! 🙂
Exactamente, por eso, si te has beneficiado de la tarifa plana de 50 euros durante 18 meses, ya se acaba ahí la ayuda y toca empezar a pagar la cuota completa a partir del mes 19 🙁
Al leer tu entrada y ver que hablabas de Madrid, que es donde yo resido también, tenía la esperanza de que conocieras alguna otra ayuda adicional, jeje.
¡Mil gracias por la aclaración y un saludo!
Irene
*EDIT* Lo he consultado directamente con la Tesorería y me han confirmado que, si es hombre menor de 30 o mujer menor de 35, la bonificación duraría 30 meses (30 % menos): http://www.seg-social.es/prdi00//groups/public/documents/binario/142496.pdf
¡Buenas noticias!
¡Hola, Merche! Artículo muy interesante, gracias por compartirlo con nosotros 🙂
Hay una cosa que me ha llamado la atención, y es la cuota de autónomos que indicas desde el mes 19 hasta el 30, porque, hasta donde yo tengo entendido, más allá del mes 18 se paga la cuota completa.
Yo soy traductora autónoma desde hace poco más de un año, menor de 35 y vivo en Madrid, pero no soy consciente de ninguna ayuda adicional de los meses 19 al 30, ¿nos podrías aclarar si existe alguna otra ayuda a la que nos podamos acoger (además de la ampliación de la tarifa plana, que llega hasta el mes 18)?
Mil gracias de antemano y enhorabuena por tu blog,
Irene
Hola, Irene:
He sacado la información de aquí y es lo que he interpretado, pero quizá me equivoque, ahora mismo no puedo ponerme a buscar más info, en cuanto pueda lo hago: http://infoautonomos.eleconomista.es/seguridad-social/tarifa-plana-autonomos-50-euros-mayores-30-jovenes/
“En cuanto a los jóvenes menores de 30 años y las mujeres menores de 35, aunque en un primer momento todo hizo pensar que se beneficiarían de la siguiente bonificación adicional del 30% entre los meses del 19 al 30, como venía ocurriendo con la bonificación para nuevos autónomos jóvenes, con lo que la cuota se mantendría en 187 euros, finalmente la Seguridad Social adoptó otro criterio, obligando a optar entre la tarifa plana o la bonificación para jóvenes del 30% durante 30 meses.”